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Yolotl

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En los últimos días se hicieron famosos los memes que incluyen al final de palabra las letras /tl/. Estos memes estan acompañados de imágenes alusivas a algún grupo indígena de México -o, creo, indígenas fuera de este país-. La duda que me surgió fue: ¿son estas imágenes racistas? ¿es esta nueva cura de internet racista? Debo admitir que tuve un rechazo instintivo a esa idea, principalmente por la orda de "defensores" indígenas que surgieron. Al modo: del 100% de internautas, un 90% es defensor de los derechos humanos a través de la pantalla y menos de un 20% está relacionado con el tema en cuestión. De ese 20%, apenas un 10% realmente comentan sobre el tema. Me produce cierta repugnancia la reacción a favor o en contra de cualquier manifestación en línea. Nadie me sabía decir porqué era racista, sólo lo "intuían" se sentía "racista". No niego para nada que esta forma de obtener conocimiento sea válida -vaya, que el científico se mueve, en un princip

1.-Del objetivo de las marchas.

Te bajas del metro por culpa de una masa de humanos desconocidos. La estrategia para la sobrevivencia en esos contextos es la misma: no pienses individual, no preguntes, dilúyete en la muchedumbre, síguela. Gracias a ello puedes llegar a la salida, incluso ignorando por completo una de las señaléticas mejor diseñadas en el mundo. La masa te ha guiado a la salida del metro de la línea azul, que se encuentra a un costado del Palacio de Bellas Artes. Caminas unos metros, cruzas una explanada de loseta blanca y te paras frente a lo que alguna vez fue el rascacielos más alto del cono sur: la torre latinoamericana. Ahí cruzan las calles Eje Central y Emiliano Zapata. Es ese cruce uno de los más concurridos en el mundo diariamente. Vez pasar miles de personas, de distintas nacionalidades. Una masa constante, de hormigas silenciosas con recorridos predestinados. Nadie se habla, nadie se detiene. Es ahí donde te puedes dar cuenta de uno de los efectos más interesantes de las grandes ur

De la escritura y otras perversiones

Hace un tiempo me metí a un taller para creación de cuentos. Me pareció interesante y oportuno debido a que llevaba un buen rato queriendo formalizar mi secreta afición a la redacción -tanto fantástica como de cualquier otro tipo-. Disfruto escribir cuentos y disfruto escribir ideas. Aunque a veces no las escribo de la manera más "elocuente" o "pertinente" o "Salve la RAE  y las universidades" o "Mis amigos me hacen bullyng por que escribo". A veces, citar como la santa madre lo señala me cuesta trabajo. Y otras tantas, escribo varias ideas de una red de ideas inconexas y me da una flojera profunda el tener que argumentarla; no tanto por la carencia de argumentos -que quiero pensar que los tengo- sino por el encontronazo con opiniones -porque supongo que las tendré-. Por tal motivo, escribo este blog. Lo bautizo "Astillero" porque en aquel puerto de personas y barcos, los astilleros son espacios en donde a los barcos se les da su ma